Cuando hablamos de servicios públicos, siempre nos solemos referir a la sanidad y a la educación, los cuales son sin duda dos de los pilares básicos del Estado de Bienestar. Sin embargo, hay otro servicio imprescindible que no se toma muy en cuenta para el correcto funcionamiento de una sociedad democrática como es la nuestra: -El Servicio Publico de Justicia.
El Juzgado y todo lo que rodea (policía, jueces, abogados, centros, fiscales...) son piezas fundamentales dentro de nuestra sociedad, al resolver conflictos de una forma civilizada, dando la razón a quien la merece según la ley, e impidiendo comportamientos continuados que causen daño a la colectividad. Por tanto, creemos que la Justicia es vital, e incluso esencial, aún siendo más básica que la sanidad o la educación, pero que hace de sujeción para el resto de sistemas. Si se mueve en positivo, todo ira bien, pero si hacemos que se atranque, el exceso de judialización de la vida publica nos comerá.
Vivimos un tiempo en el que estos servicios públicos están pasando las de Caín para cumplir con los fines que esperamos de ellos. Las demandas sociales aumentan, mientras que al revés, los recursos públicos bajan. Queremos escuelas publicas mejores, que enseñen idiomas, fomenten las habilidades sociales, la inteligencia emocional, la robotica. Queremos una sanidad que nos cure rápidamente, que sea cercana, entendible y justa para el que la necesita. Queremos una sanidad que nos cuide hasta los últimos días de nuestra vida y queremos tener como no, una justicia mejor para todos.